Sin duda, el viajar te hará conocer el amor de tu vida o tal vez será indudable que en algún punto te enamores de alguien.

¿Cómo es eso posible?

Sencillo, tal vez no sea el amor de tu vida, pero el hecho de estarse moviendo de ubicación constantemente , el que vivas nuevas experiencias en otro país, hacen que tengas que conocer y aprender de las culturas de las personas.

Y en el camino es válido que congenies con alguien, me pasó por primera vez que estaba de viaje por España, salí con amigos a un bar y ahí encontré a aquel chico proveniente de Argentina, me cautivo con su acento y lo inteligente que era.

Salimos durante semanas, y aunque al final tenía que volver a México, la experiencia, el aprendizaje y verano de ensueño que vivimos en el Mediterráneo, tal vez no era el amor de mi vida, pero si hice una amistad y conexión mágica.

Actualmente he continuado viajando, conociendo personas, nuevos lugares  y en el transcurso encontré a mi actual pareja, él es un viajero, que ama moverse de lugar, empezó desde los 18 años y no ha parado, nos conocimos en un restaurante y a partir de ahí nos  enamoramos, nos volvimos compañeros, amigos, pareja y unos viajeros.

Es por ello que les quiero compartir contigo todas las posibilidades de encontrar al amor de tu vida viajando y porque debes de experimentarlo por lo menos una vez en tu vida.

Eres una alma libre y viajera

Cuando viajas haces que tus sentidos se abran a diferentes verdades y vivencias. Es ese momento clave  cuando tu corazón está más receptivo que nunca para unirse con las personas que jamás imaginaste amar. 

Así que si conectas con otra alma libre, que busca y ama lo mismo que tu, su relación y su forma de llevar todo se vuelve ligera.

Abiertos a descubrir lugares y personas.

Estar viajando constantemente hace que te sientas  un poco abandonado y vulnerable en ocasiones. Pero entre los mismos viajeros es fácil que exista un sentimiento de empatía que puede evolucionar hasta convertirse en amor o que simplemente nazca a la primera. 

En el proceso te vuelves más flexible y abierto a conocer nuevas personas, dando lugar a encontrar entre todas ellas a alguien con quien congeniar y de ahí surja el amor.

Rompes las barreras del idioma, de la cultura y religión, traducido todo al amor.

Un hombre y una mujer enamorados derriba cualquier barrera, incluyendo el hecho de no entender del todo lo que otro le dice. Besar, abrazar y amar no necesitan una traducción más precisa que la mirada de uno al otro.

 El simple hecho de querer expresar tu amor hacia alguien que no comprende tu idioma. Es ahí cuando el lenguaje corporal entra en juego. 

Al igual el compartir sus culturas hace que aprendas mucho de ello, se vuelve divertido y hasta más interesante cuando la otra persona te expresa todo lo que es.

Se cuidan mutuamente.

Dos personas que se gustan están solas en un país desconocido. La naturaleza del amor hará que ambos quieran cuidar uno del otro. 

El cuidado mutuo, así como el amor ha nacido entre mujer y hombre, hasta llegar a en las buenas y malas, cada que así se requiera, se vuelven cómplices y compañeros en todo momento.

Las conexiones más inusuales hacen que dos personas se unan.

En un viaje ocurren situaciones impredecibles que unen a dos personas. Una de mis experiencias más increíbles fue que me habían invitado a un campamento a las afueras de la cuidad, yo ya lo había pagado y sabía que sería un intercambio intercultural, ya que habría personas de diferentes nacionalidades, sin embargo perdí el transporte y llegue muy tarde al evento, en el cual ya conocía a la mayoría, ya que anteriormente había estado en otros eventos, excepto a un chico rubio que en cuanto cruzamos miradas, conectamos.

Aquel campamento se convertiría en la excusa perfecta para enamorarme y conectar con aquel chico que provenía de Bélgica, hicimos click, seguimos en contacto y tuvimos una relación durante mucho tiempo.

Honestamente no creía que él estuviera ahí, y mucho menos que al ir a aprender a ese campamento lo fuese a conocer, mucho menos en un lugar donde los extranjeros no se solían reunir.

Así como esta historia personal, he escuchado muchas entre amigos de viaje, que se conocen en aviones, estaciones, museos, restaurantes, hasta por preguntar la hora.

Unen experiencias de viaje y se apoyan mutuamente.

En los viajes siempre podrás contar con la ayuda de otro viajero. Ya sea que te preste dinero, que te invite a adquirir algo que anhelas o que te asesore en alguna situación de estrés, esta ayuda del destino puede ser el catalizador que haga nacer un nuevo romance. 

Amar lejos de tu país.

La idea suena seductora: miles de kilómetros te separan de casa, de repente te cruzas con la mujer o el hombre de tus sueños y comienzan una amena charla en un idioma desconocido para ti. De repente descubres que esa persona es totalmente afín a lo que has buscado toda la vida. La emoción más grande de tu vida te embarga con una adrenalina alucinante y das gracias por estar vivo.  

Si te interesa viajar y conocer de las diferentes culturas da click aquí:

No olvides que es más importante vivir las experiencias que acumular cosas que tarde o temprano se quedaran inmóviles.